lunes, 9 de febrero de 2015

TELEVISORES OLED, LED, LCD, PLASMA




El rey de los electrodomésticos se encuentra en una época dorada. Aquí intentamos explicar las diferencias y similitudes de cada tipo de tecnología

La «caja tonta» es cada vez más inteligente. Internet ha venido para cambiarlo todo. Los televisores viven actualmente en un contexto de cambio, en parte gracias a nuevos materiales y resoluciones superiores (lo más avanzado es la Ultra Alta Definición o 4K). Pero el mercado es amplio y cada fabricante trabaja con su propia tecnología, lo que obliga al consumidor a tener presente las novedades de las últimas tecnologías.
El rey de los electrodomésticos se encuentra en una época dorada. Con sus diferencias y similitudes, cuando vemos aquello de LED, OLED, LCD nos preguntamos, muchas veces, qué será y si es mejor o peor un modelo que otro. Cada tecnología tiene sus propios beneficios. Y sus fallos, claro.

Plasma

La tecnología de este tipo de televisores, normalmente de gran formato, consiste en dos cristales que albergan una serie de celdas diminutas colocadas entre dos paneles de cristal que, a su vez, contienen una mezcla de gases noble. Al estimularlo por electricidad se convierte en el denominado «plasma». Esto es una sustancia fluorescente con capacidad de emitir luz y que, en su momento, supuso una gran revolución.
A su favor se encuentra la gran calidad de imagen, tanto en oscuridad como en brillos y está pensado, sobre todo, para la proyección de contenidos cinematográficos. Ahí es donde se hace fuerte y demuestra su potencial. Así, el nivel de negro y el contraste es superior al resto.
También la rapidez en la emisión de las imágenes es más rápida que los demás, lo que lo convierte en una tecnología sensacional pero, dado su precio y su escasa penetración en el mercado en la actualdad lo han convertido en un modelo de televisión poco práctico.

LCD

Aquí, estamos ante un gran avance respecto a los televisores de tubos de rayos catódicos, que han pasado a la historia a pesar de que durante décadas era prácticamente la tecnología existente. Los televisores LCD (Pantalla de Cristal Líquido) son aparatos delgados en comparación con aquellos monstruos de tubos de rayos catódicos que se encontraban en los salones hace unos años. Está formado por píxeles en color o monocromos colocados sobre una fuente de luz, que permitirá iluminar y reproducir los diferentes colores de la imagen en el momento de la proyección.
Aquí, cada píxel individual se divide en tres células (llamadas subpíxeles) de tres colores (rojo, verde y azul), respectivamente, por el aumento de los filtros. Cada subpíxel, a su vez, se puede controlar de forma independiente con el fin de lograr miles o millones de posibles colores para cada píxel. A su favor es su gran extensión en el mercado, pero sin embargo, en formatos grandes puede provocar pérdida de calidad de la imagen. El contraste y el brillo queda afectado por el reflejo de los rayos del sol, siendo esta otra de las desventajas.

LED

Se podría decir que todos los televisores LED son LCD. Sí, pero a diferencia del anterior tipo, lo que cambia es su sistema de retroiluminación que lleva incorporado. Aquí los paneles LED representan una evolución al tratarse de un LCD con un panel posterior formado por diodos LED en contraposición a las CCFL de los televisores LCD convencionales. Quizá la definición es algo técnica, pero en conjunto es un televisor muy equilibrado en todos los aspectos. Además, su construcción permite reducir su grosor y ofrece colores brillantes y buenos contrastes, rozando incluso los negros absolutos.
Por tanto, en la salida de luz se alzaría ganador de estos tipos de tecnología. Otra de sus ventajas es la durabilidad, dado que son productos fiables y cuyo ciclo de vida se estima muy amplio, así como la posibilidad de mejorar las resoluciones y, un aspecto que cada vez se piensa más: el consumo de energía.

OLED

Este tipo de paneles, llamado así por su configuraicón orgánica, permite adelgazar hasta la mínima expresión su grosor. Funcionan mediante diodos orgánicos de emisión de luz (Organic Light-Emitting Diode) y son capaces de emitir luz de forma autónoma. Esta característica lo diferencia de los LED, utilizados para iluminar el panel del televisor. A su favor está el nivel de calidad para producir las imágenes, muy naturales. Así, brillos, contrastes, velocidad de proyección y ángulo de visión están muy conseguidos. Eso sí, sus precios, aunque se han reducido considerablemente en el último año, es demasiado alto en comparación al resto.
Esta tecnología ha abierto la puerta a modelos flexibles y ultradelgados, que llegarán en los próximos años. Uno de sus grandes inconvenientes es su autonomía real, ya que la durabilidad de estos paneles, por los materiales que utilizan los fabricantes, reducen considerablemente su vida útil en comparación con otro tipo de paneles. De hecho, la excesiva humedad les puede jugar una mala pasada. Habrá que tenerlo en cuenta.

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