Las tendencias idealistas pueden pasar a primer plano, pero
se necesitará beneficiar a tanta gente como sea posible con políticas
que no estén sobre bases efímeras. La política debería de pasar de ser
el amo a ser el siervo de la economía.
El colapso, la bancarrota. Una luz al final de un túnel muy oscuro
Veo
la bandera de Venezuela con su hermoso tricolor nacional ondeando al
viento, un viento pesado, de esos que no acarician, que más bien me
golpea incomodándome el rostro. Hay ocho estrellas y de repente en la
imagen nubosa, veo una que cae, solo quedan siete en el pabellón que
ocupa mi visión panorámica. No están dispuestas en arco, sino en un
cúmulo que me recuerda a las pléyades sobre un fondo azul que se vuelve
ante mis ojos como el firmamento. Mientras cae esa estrella sobre mi
universo perceptual, miro estupefacta cómo se resalta en la caída un
solo color que se impone tras un estallido, gritos como salidos del
averno, en medio de un sonido ensordecedor de llantos desesperados… es
el amarillo que brilla, que enceguece a quien lo mira, un resplandor que
impide la normal percepción. No estoy sola en mi visión, estoy ahora en
un infierno junto a mis compatriotas.
En este purgatorio de almas
desamparadas, sin esperanzas, ciegas por lo finito-lo limitado, veo
cómo el amarillo (ese resplandor caliente) nos toca a todos quemándonos,
martirizándonos entre aleluyas y hosannas, ese resplandor hiriente toma
toda la bandera que ondea esta vez ante un viento caliente, me quema,
mientras el azul y el rojo van recogiéndose sobre sí mismos poco a poco,
el cúmulo de estrellas se desvanece, luego los ríos de sangre. Unos
ángeles vienen a tendernos las manos. Se abren los cielos planetarios.
Muchos
en ese desierto amarillo suben los brazos entre alaridos para ser
rescatados por los seres alados y mientras el color rojo queda separado
de la bandera, veo cómo caen los fantasmas de los estudiantes muertos,
la sangre de tantos venezolanos que han bañado las calles, los
asesinados, los muertos antes de tiempo como ánimas dislocadas
profiriendo una sola sentencia: “Abajo cadenas, abajo cadenas, abajo
cadenas”, gritan como ahogadas, como ya sin voz…
Es espeluznante,
lloro, es demasiado para mí, pero sigo viendo más imágenes, esta vez del
pasado recogiéndose en el rojo sangre, las violaciones de jóvenes en
las cárceles, los arrojados al Guaire, los torturados mientras los
jueces y las autoridades que nunca vieron nada, se mofan. Veo las caras
de los presos políticos de hoy, grises, de los que aún permanecen, de
los exiliados, la GNB atacando a civiles, los narcosoles apoderados del
país con su abuso de poder, con su sed insaciable, y sigo viendo el
pasado en una sucesión de imágenes, los cierres de los medios de
comunicación, las lágrimas de mi gente de RCTV, la mirada chispeante
roja y alegre de algunos viendo a las madres separadas de sus hijos… y
veo más: las largas colas para comprar comida, la gente desesperada con
diferentes enfermedades, la insalubridad, la falta de medicinas, el
racionamiento de los servicios básicos, la barbarie del hampa, las
falsas elecciones, los reclamos hechos a la nada, el entierro sin
cadáver, las protestas, las capuchas… La mesa de reconciliación y
diálogo de los hipócritas, las componendas, los guisos, miles de
imágenes que se agolpan mientras despierto, mientras regreso de esa
visión panorámica de mi vipassana, quedarán de seguro grabadas en la
historia del venezolano, en el éter inmaculado de los que tenemos algo
en común llamado dolor- -sufrimiento (dukkha).
Nueva luz. Ahora
veo los arcanos en mis cartas mientras pienso en ese amarillo de mi
visión fantasmagórica; se impondrá en el transcurso de los días, de
semanas o meses, pero se impondrá, y con él el oro, la nueva luz…
Comenzamos ciertamente un año 2015 muy intenso, ya a partir de ahora
comenzarán las protestas. Con ello, todos estaremos conspirando sin
darnos cuenta, en el banco, en la calle y en las colas para comprar
medicinas o comida, la escasez perdura, el petróleo sigue bajando, el
dinero inorgánico recorre las calles con la cara del líder en las
cadenas que nos recuerda a cada instante nuestra tragedia nacional; por
eso, el único refugio posible está en la cesación del sufrimiento
(dukkha nirodha), no hay otra manera.
En medio de esta miseria y
ocultamente, veo varios grupos planificando un cambio, una transición
para Venezuela, el cúmulo de estrellas de mi visión, ninguno de los
grupos tendrá en común a un mismo líder, hay uno que se apoya en el jefe
de la Asamblea, otro estará formado por el líder de los andinos, otro
apoyará al líder militar que está preso, e inclusive veo a otro pequeño
grupo que ofrece estar a la cabeza de esta transición, a un periodista
de vieja data. La traición vendrá de un general de alto rango que
generará un gran caos.
En medio de esta transición correrán
noticias de que cerrarán clínicas para tratar de volverlas públicas, más
expropiaciones de empresas. Cambios otra vez de ministros, gente
guardando el dinero bajo el colchón, enfrentamientos políticos con más
presos, pestes sin control médico, accidentes en empresas petroleras,
violaciones de los derechos humanos.
Como lo dije en mis
predicciones pasadas, los comunistas se sienten cómodos con los
anaqueles vacíos, con un sueldo mínimo que no alcanza para nada, esa era
su meta y lo han logrado.
Creo que no está de más recordarles la
famosa frase del encargado de la Presidencia en diciembre de 2013, “que
los anaqueles queden vacíos”. A muchos les puede parecer una locura,
pero es por la falta de investigación de los métodos del castrocomunismo
para el dominio y la sumisión. Sin embargo, en cualquier momento verán a
Miraflores temblar. Veo gran conmoción en ese lugar, guardias muy
nerviosos a su alrededor, gente en las calles tirada en el piso.
El
amarillo comienza a revelarse y veo la cara de un hombre dentro de este
panorama. Él es de piel canela, rasgos finos, ha bajado mucho de peso
en los últimos años, usa lentes, tiene de 56 a 62 años de edad en
apariencia, y está muy apoyado a sus espaldas por muchos militares y
civiles. Dicho personaje posee una gran habilidad para tomar decisiones
con gran ingenio y disciplina.
Tiene mucha confianza en sí mismo,
viene a marcar un cambio profundo. Veo a este personaje encabezando,
junto con una mujer muy admirada, con protagonismo y de piel blanca, una
lista entre otras personalidades que traerán un gran alivio, aunque hay
que tener cuidado con el jefe de la Asamblea, pues tramará hacer
renunciar al encargado de la Presidencia y también montar su pensada y
estudiada junta de gobierno. Todo quedará resuelto en quien tenga la
mejor estrategia (es cuestión de estrategia, siempre lo he dicho), pero
aunque ciertamente aquí se expresa ese cambio repentino, la conmoción
que titula mi predicción y el cambio dramático, lo importante en todo
esto es la palabra colapso, que no es del todo político sino económico.
Si el ajuste cambiario se establece en 50 por dólar nos salvamos y con
ello se salvarían hasta los factores del gobierno que anhelan
perpetuarse en el poder; si se fija en 90 o más por dólar quiere decir
que la inflación nos mató. De todas formas los dólares no alcanzarán
para nada, ya no habrá dólares.
Las mafias del capitalismo que nos
impuso este gobierno ya no producen, ya no le echan mano como antes al
diferencial cambiario o a la sobrefacturación.
El oráculo avisa
que la cautela es importante, se destruyen los inventarios, se forzará a
un ajuste de precios, no cabe duda, y también se puede temer a una
situación de golpe y contragolpe (lo sostengo), pues muchos querrán
llegar a Palacio durante un tiempo de avanzada inestabilidad política y
económica. El punto es que si queremos sobrevivir, la política no puede
controlar a la economía.
La justicia está cerca pero todo tiene un
precio y un contraprecio, sobre todo ahora que el precio del petróleo
no crece como nuestra astronómica inflación y la corrupción; en los días
por venir se verán estos eventos. La política que aplasta a la economía
ya no será más. Ese resplandor amarillo de mi visión debe ser la
explosión del sistema de precios y cambio. Cuando lo veamos esa será la
clave del principio del fin de este endemoniado proceso, al menos en lo
económico. Respecto a lo político, esa es la duda, la incógnita, la
señal será la siguiente: cuando vean una cadena de televisión en sus
pantallas de un llamado popular, allí estarán en presencia en vivo y en
directo de la etapa de la transición. La mayor devaluación de nuestra
historia y quizás de la historia del mundo está por verse. Es una mofa,
la imagen bizarra de los chavistas conversando con el FMI, la economía
venezolana no volverá a crecer si no se materializa el levantamiento del
control de cambio, pero los malandros jugarán hasta el final al
desorden, a que el mercado negro y las triquiñuelas sean negocio.
Los cambios. La
función de este cambio por venir es que aprendamos algo sobre nosotros
mismos y que actuemos de acuerdo con tal revelación. Entre más falsedad,
más brusco será el cambio, entre más corrupción y malandraje, más dura
será la caída. El camino será duro; no obstante, es el momento para
liberarnos de convencionalismos, de falsas creencias que impiden nuestro
desarrollo, nuestro progreso. El sol está allí indicando que oremos,
que tengamos un camino claro hacia la cesación del sufrimiento, que
nuestro modo de vida sea saneado por una razonable disciplina moral y
nos concentremos en realizarnos en sabiduría mediante una concentrada
actitud, desapegándonos del sufrimiento, de las imágenes infernales, y
nos observemos atentamente a nosotros mismos en el proceso, con
abandono, con renuncia para poder liberarnos, no de la política o de la
economía nefastas, sino del origen de nuestros sufrimientos que va mucho
más allá... el origen de nuestro sufrimiento es el deseo.
─ Veo
gente en las calles a partir del momento en que se lean estas
predicciones. En enero, febrero, marzo y abril habrá fuertes protestas y
cientos de movimientos en todo el país. Necesitaremos hacer a nuestra
sociedad aportes originales y progresistas.
─ Radicalismo por doquier.
─ Un movimiento importante en la OEA.
─ Suspensión de pagos de toda deuda interna y externa.
─ Los venezolanos sentirán un cambio repentino de una ya vieja forma de vida (15 años pesan).
─ Los robos crecen como crece la pérdida del empleo.
─ La gente se quedará sin trabajo masivamente.
─ La excentricidad y el anticonvencionalismo estarán a la orden del día.
─ El genio artístico abundará. Los escritores estarán más inspirados que nunca.
─ Fuerzas de choque. Muertes, persecuciones, bancarrota.
─ Colapsan las estructuras gubernamentales.
─
El desastre asociado a las cartas que se muestran para Venezuela abarca
un momento de objetividad, que forzará a que caigan las estructuras
conocidas (político-económicas) y nos demos cuenta de lo que realmente
valemos vislumbrando lo que somos.
─ La búsqueda de nuevos
horizontes, la destrucción de tus propias creaciones para volver a
comenzar, será un ciclo que se repetirá constantemente. Un día serás
abogado, al otro periodista y al siguiente poeta-dramaturgo, así es la
cosa.
─ La rebelión, la innovación, deberemos fomentar un cambio.
─ La gente no aguantará más y en un abrir y cerrar de ojos se sobrevendrán implosiones, estallidos sociales.
─ Muchos venezolanos sentirán el apretón de barriga que describe la hambruna, hambre en los estómagos.
─
Si el año pasado anuncié estadísticas descomunales de asesinatos en
manos del hampa, este año vamos a sumar a esas estadísticas los
suicidios.
─ Cambios bruscos en el poder político pulverizarán hasta al más pintado.
─ Carencia de instintos maternales a todo nivel (esto es muy grave).
─ La olla de presión que representan los presos políticos estallará.
─ Al gobernador de Miranda le rodea la cárcel.